Experiencia faiber

Mi amiga Vanina vive sola en Capital. Alquila un modesto monoambiente en Recoleta y trabaja de 7.00 a 15.00. Esto le dificulta las tareas cotidianas como ir al banco o esperar que venga el administrador del edificio a fijarse por qué cuernos pierden los caños del baño. Por eso es que muchas veces soy yo quien se encarga de estas cosas, la mayoría se resuelve (o al menos se intenta) en el horario en el que se encuentra trabajando. En esta ocasión, tuve que ir a esperar la instalación de internete.

Como siempre, nos dijeron que el técnico estaría en el departamento entre las 13 y las 18. A ver hijo de puta… yo te tengo que estar esperando toda la tarde hasta que llegues? Ok, seré paciente. Se hizo la una, se hicieron las dos, las tres… Y a las 15.15, más o menos, tocó el timbre. Genial -pensé yo- Vani ya salió de trabajar, llega en cualquier momento. ERROR.

Bajo a abrirle y apenas entra llegan también 3 vecinas, que muy copadas ellas, se subieron al ascensor antes que el técnico y yo. Para colmo las muy yeguas subieron hasta el piso 9, yo iba al tercero. Forras.

Llegamos al miniambiente y el muchacho se acerca a la ventana para ver por donde debía pasar los cables –Uh- me dice. –Vamos a tener un problema, porque cerca de esta ventana no pasa la bajada de cables. Hay que pedirle permiso a la vecina para que nos deje pasar y traer el cable hasta acá.-

No puede ser. Yo tenía un problema con un técnico que instala un servicio que no va a ser para mí, el cable que no se podía pasar por esa ventana, el favor que hay que pedirle a la vecina y Vanina que no llegaba. Este bardo no me lo banco sola, yo la llamo.

- Dónde estás?

- Estoy a un par de cuadras, comprándote un regalito

- Bueno, metele pata porque hay un problema con el cable y hay que pedirle a la vecina que nos deje pasar y bla bla bla.

- No pasa nada, pedile vos que ya te conoce.

Ok, el bardo es para mí sola nomás. Tocamos el timbre (porque el técnico me sigue a todos lados) y la vecina no está. Dónde te fuiste vecina, si no trabajás, no estudiás, no hacés nada desde que te jubilaste??? En ese momento fue que llegó Vanina. Llegó de mal humor porque la hice apurarse para se bancara conmigo la odisea de poner internet en SU casa. Cómo me atrevo, que caradura que soy [inserte sarcasmo]

Que no puede ser, que a mi me pasa todo, que dónde se fue Irene -la vecina-, que vos no te vas hasta que no me instales internet, que hay que subir a la terraza (por lo que yo, en un acto suicida de solidaridad, me tuve que ir a molestar a la encargada con su particular cara de ojete para que me de la llave de la terraza) y miles de cantatas de Vanina que me tuve que fumar una por una. Paciencia Yam, que si con esto no te ganas el cielo, no sé con qué. Igual el cielo no existe. Que cagada.

Sigo. Subimos a la terraza con Isaías -el técnico de faiber- y empezamos a ver que onda el cable.

- Che, me parece que no me alcanza el cable que tengo acá

(Dale hijo de puta, me estás cargando)

- Ah, no, sí alcanza, no pasa nada

(La puta que te parió Isaías)

Y realizó la instalación en la terraza, usando para identificar el cable del depto los numeritos de los cables de otros departamentos: así que si usted no logra identificar el cable que va para su casa y debería tener un 8 o un 2, sospeche.

Abandonamos la terraza y para cuando llegamos al departamento el malhumor se había ido y la que había llegado era la vecina. Más anti-timing la vieja imposible.

Termina Isaías su instalación, uso de agujereadora inclusive. A todo esto, ya eran las 18:35. Yo quiero mi chocolatada de la tarde.

Genial. Ya tiene internete, pensé, muy ingenua. No, no tiene una mierda, porque la computadora no encuentra la señal de wi-fi. Isaías que ya terminó y ya se va, y yo que me tengo que empezar a fumar otro nuevo malhumor de mi amiga. Pero eso es otra historia y la verdad que no es muy copada que digamos. Igual esta historia tampoco, así que no sé.

Y eso que no les conté de mi experiencia nefasta con teleafónica…